lunes, 24 de septiembre de 2012

Ahorro y endeudamiento, dos aparentes contrarios que conviven


Jugamos Monopolio todos los días. Queramos o no hay que estar en dentro del juego para poder “flotar” en el mar financiero que vivimos a diario. Usualmente debemos hacer transacciones, las organizaciones -así sean pequeñas- hacen sus pagos por vía bancaria. Hay cuentas de todo tipo, con múltiples “beneficios”, según las características de cada cliente. En medio de todo esto hay varios temas interesantes que hacen parte de la cadena. Veamos algunos:

Educación financiera y bancarización
Son los bancos los que han estado más interesados en promover la educación financiera desde temprana edad. Dicen que esto debe hacerse para que los pequeños aprendan a hacer uso inteligente de los recursos, sin embargo, puede ser en realidad un entrenamiento para el futuro cliente que necesitará de los servicios de una entidad financiera y que se “activará” en la dinámica social del flujo de dinero. Por otra parte, como actualmente hay mayor cobertura que hace unos años, dicha expansión la quieren hacer ver de una manera benéfica diciéndole “bancarización”, donde usted tendrá acceso a múltiples servicios así viva en una vereda.

Historial crediticio
Hasta para sacar una visa examinan si usted tiene tarjeta de crédito, importa más que tener ahorros porque se supone que los movimientos de crédito indican que usted es una persona apta para gastar y pagar (obviamente con los altos intereses del servicio). También aplican los créditos de los almacenes, esos que anuncian sin cuota inicial y con todas las “facilidades”. Ante la usura desbordada es mejor negocio fiar que vender de contado.

Endeudamiento y consumo
No sólo hay que endeudarse para tener historial crediticio, eso es lo que menos importa a muchos, lo que realmente interesa es gastar, algunos lo hacen de manera compulsiva, gastar en lo que sea, así no necesite lo que esté comprando. La lógica del consumo no requiere que usted sea lógico, al final terminará absorbido y encerrado, haciendo huecos para tapar otros, pero es una de las condiciones que apenas se alcanzan a advertir; después del gusto… Una educación financiera oportuna sería la que insista en no gastar de más, en asumir deudas que pueda solventar en un plazo determinado, no en una condición cíclica sin salida, para eso se necesita planificación.

Prospectiva
Dice la Real Academia Española que la prospectiva es el “conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro, en una determinada materia”. Eso requiere planificación estratégica, proyectarse en diferentes plazos, pensar en el tan sonado “proyecto de vida”.  No hay que esperar a tener todo resuelto, no es posible prever muchas situaciones, sin embargo parte de una actitud emprededora y crítica ante la vida contempla retos y metas. Esto se ve opacado por el afán diario, por lo urgente que se impone ante lo importante, por el ritmo acelerado que venimos cargando desde la modernidad y la industrialización, que además de hiperproductividad hace hincapié en el individualismo camuflado en una idea de éxito pero solitario basado en competir y no en cooperar. Vivir bien no es estar pensando en derrotar al otro.

Obsolescencia programada. Vínculo de mercado y tecnología
Además del afán en que vivimos que no nos deja planificar, hay otro asunto que va a ritmo acelerado: la tecnología. Aliada con el mercado hace que lo que usamos tenga caducidad en poco tiempo, incluso la obsolescencia puede ser autoprogramada cuando se refuerza con publicidad la necesidad de cambiar por el sólo hecho de “renovar”. La justificación de la obsolescencia programada radica en el movimiento de la economía y por lo tanto en la generación de empleo, sin embargo, puede llegar al límite de desechar la ética para producir ganancias a costa de fomentar el consumo desbordado entregando productos de calidad dudosa o inventando necesidades donde no las hay.

Economía de tercer sector
La economía de tercer sector o economía social es la que se basa en el cooperativismo y la asociación donde todos cuentan, el centro es la persona y no el capital. Sin embargo, cabe la pregunta: ¿Es realmente una alternativa solidaria o simplemente una reunión privada? Además, en Colombia tenemos unas experiencias que han desvirtuado ese espíritu cooperativo original llevando a este tipo de organizaciones a ser intermediadoras de la explotación. Sin duda hay cooperativas buenas, el punto sería preguntar qué tanto de cooperación fomentan, más allá de un curso reglamentario.

Ahorro
Luego de lo anterior es posible deducir que el ahorro no está muy marcado en nuestra cultura y no simplemente por ser colombianos. Esto tiene unas implicaciones globales. A un sistema capitalista no le interesa que la gente guarde su plata. El mayor negocio de un banco no es guardarla, es tener gente endeudada y que le pague intereses por los créditos (reponen con mayor agilidad por una tarjeta de crédito perdida que por una de débito). Así es el juego, pierdes o ganas y las ganancias que vemos implican pasar por encima de las personas, o cómo explicar los grandes desarrollos de las entidades financieras, basta ver sus imponentes edificios.

Dice Ricardo Arias, presidente del Fondo Nacional del Ahorro, que “la cultura del ahorro aún es muy baja. Colombia es un país llevado sobre los marcos del consumo, del préstamo, del crédito, de la deuda, y nosotros nos hemos propuesto que Colombia debe tener, si vamos rumbo a la prosperidad, una economía fundada en la provisión del ahorro como base de la sociedad”. Esto es muy interesante, sobre todo por lo que el mismo Arias agrega cuando condiciona la prosperidad de un país al fomento del ahorro como factor que ayuda a estabilizar la economía, incluso de manera firme cuestiona el gasto desmedido: "La gente hoy se endeuda casi por deporte. Todo lo que le ofrecen a crédito lo va tomando y todo va teniendo un marco de deuda que supera incluso su ingreso".

Lo paradójico es que el mismo gobierno fomenta por un lado el ahorro desde entidades como el FNA y por el otro el consumo (ese que critica Arias) con la aceleración de tratados de libre comercio. ¿Doble discurso? Ese es otro juego.


Otras conclusiones


  • “La avaricia rompe el saco”. El afán de éxito representado en acumulación de dinero nos tiene en una ruta hacia el abismo.
  • Hay que revisar la manera como entendemos la solidaridad, si como asistencia y dar lo que sobra o como cooperación que busca transformación social.
  • ¿Qué necesitamos realmente? Cuánto de lo que tenemos es prescindible y cuánto requerimos para tener una vida digna. 
  • ¿En un mercado de tercerización entregaremos el control de nuestros recursos y hasta de nuestras vidas?
  • Vale una mirada optimista pero crítica.

Referencia: 

Betancourt, César (2012, septiembre 16) "Máxima calificación para el FNA" En: El Mundo. [En línea], disponible en Internet: http://bit.ly/QbOQ7I 

DRAE - Diccionario de la Real Academia Española: http://lema.rae.es/drae/


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